La diabetes mellitus tipo 1, se considera una enfermedad altamente prevalente en la población pediátrica, tiene una de etiología autoinmune compleja, que se caracteriza por la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, lo que conlleva a una deficiente producción de insulina, que se manifiesta clínicamente como hiperglicemia. El diagnóstico se realiza en base al cuadro clínico y hallazgos de laboratorio. El pilar detratamiento para alcanzar un control glicémico óptimo es un esquema intensivo con insulina en dosis múltiples. A pesar de esto la mayoría de pacientes mantienen un control subóptimo de la glicemia, lo que ha llevado a investigar e identificar los posibles factores implicados en el control subóptimo de la enfermedad.