Este artículo explora la manera en la que en el México posrevolucionario los productos culturales, particularmente las coplas del cancionero popular, diseminaron una versión idealizada del amor romántico y los roles de género como componentes importantes de un proyecto de educación sentimental dirigido a las mujeres. Esto con el objetivo de fabricar el consenso necesario para sentar la dominación masculina, por medio de la promesa de realización en el amor heterosexual, el matrimonio y la maternidad.